Las principales agencias espaciales mundiales tienen puestos actualmente los ojos en Marte. Conseguir llevar una nave tripulada hasta el planeta rojo, en un viaje de ida y vuelta que duraría alrededor de dos años, sería, sin duda alguna, uno de los mayores hitos de la humanidad. Sin embargo el camino no está exento de peligros que acechan a los tripulantes de la futura expedición.

Photo: ESA
Viajar a Marte no es solamente ir un poco más allá que la Luna. Son numerosas las dificultades que los ingenieros espaciales deben superar: el transporte de agua y comida necesarios durante dos años, asegurarse que no vaya a haber ningún corte en el sistema de producción de oxígeno o en el de ventilación, asegurarse que los astronautas no vayan a sufrir ninguna enfermedad grave o evitar la radiación solar sin la protección que nos da el campo magnético terrestre son sólo algunos de los quebraderos de cabeza a los que intentan hacer frente las agencias espaciales.
Pero existe además otro problema igual de importante que se debe considerar: coseguir que un puñado de personas logren convivir entre ellos en un espacio tan reducido durante tanto tiempo. El éxito de la misión depende de que los tripulantes no acaben lanzandose los platos por la cabeza.
Para ello, el pasado 31 de marzo se inició cerca de Moscú la primera parte del experimento Mars500, una especie de Gran Hermano científico. Seis voluntarios: cuatro rusos y dos europeos simularán el viaje a Marte en condiciones de aislamiento e incluso de retardo en las comunicaciones con el exterior similares a las que experimentarán los astronautas en su viaje a Marte.
La misión empezó con una estancia inicial prevista de 105 días. En otra fase del experimento se completará con una estancia de 520 días, el tiempo necesario para ir y volver del planeta rojo.
Confinados en una nave de apenas 550 metros cúbicos, lose seis aventureros simularán lo más fiel posible todas las características de un viaje de este estilo, incluyendo cualquier tipo de emergencia o de situación límite. Cada miembro de esta tripulación será sometido a todo tipo de investigaciones científicas para entender como afecta el aislamiento en todos los aspecto psicológicos: adaptación, definición de la estructura del grupo y de los roles de cada uno de ellos, evaluación del estrés, uso de suplementos dietéticos para aumentar la moral del equipo y un sinfín de otros estudios. Tal cual ratas de laboratorio. Pero cuyo estudio es imprescindible.
La escotilla ya está cerrada. Les vemos en unos 100 días.