En la madrugada del 20 al 21 de julio de 1969, hace exactamente 40 años, la humanidad cumplió uno de sus mayores hitos. Ese día los sueños de Jules Vernes, de Hergé, de Tsiolkosky y de tantos otros visionarios, escritores o de cualquier otra persona se hicieron realidad cuando Niel Armstrong y Buzz Aldrin se posaron por primera vez en la superficie de la Luna. Desde que los primeros homínidos miraron hacia arriba y vieron, en medio del cielo nocturno, como la diosa luna se alzaba majestuosa, imponente, inalcanzable, la humanidad soñó con dar “ese gran paso” que nos llevara a todos a comprender que ningún objetivo es imposible, que ninguna meta es inalcanzable, que incluso el Monte Olimpo se puede conquistar.

En mayo de 1961, el entonces presidente Kennedy anunció que antes del final de la década EEUU conseguiría llevar un hombre a la Luna y devolverlo sano y salvo a la Tierra. Así fue. El 16 de julio de 1969 el Apolo XI iniciaba el viaje que le llevaría, cuatro días más tarde, a alunizar en el Mar de la Tranquilidad. Quizás el mayor reto al que tuvieron que enfrentarse los ingenieros del programa Apolo no fue llevar a los astronautas a la Luna sino devolverlos a la Tierra. Todos los diseños de naves que proponían tenían un problema, la nave pesaba demasiado para despegar otra vez desde la Luna en el viaje de regreso. Hasta que a alguien se le ocurrió la idea del modulo lunar: para que hacer descender todo el combustible necesario para el regreso y luego volverlo a levantar?
Así pues, una parte de la nave se quedó orbitando la Luna y la otra descendió para conquistarla. Así pues Michael Collins, el tercer tripulante de la misión Apolo XI nunca pudo pisar suelo lunar.
Poco pudieron explorar los dos astronautas en ese nuevo mundo, sólo un poco más de un par de horas dio para recoger algunas muestras, hacer algún experimento, plantar la bandera americana y tomar unas cuantas fotos, pero dio para dejar una huella en nuestra memoria, una huella que permanecerá durante muchos siglos en el suelo lunar.

Foto: NASA
Otros 4 días más tarde, los tres intrépidos astronautas caían controladamente en medio del océano Pacífico (planeta Tierra) y fueron puestos inmediatamente en cuarentena antes de ser aclamados como héroes por millones de personas.
No hay que olvidar por eso que el primer paseo lunar fue también una demostración de poder, la gran batalla en una carrera espacial que hasta entonces iban dominando los rusos y que finalmente se llevaron los americanos. Esperemos que ahora, cuando se vuelve a hablar del regreso a la Luna y del viaje a otras metas la humanidad corresponda adecuadamente al sueño que la impulsa y lo haga conjuntamente.
¿Por que el hombre tardo 40 años en ir a la Luna?
Por q en la luna no habia bar, asi q si se vuelve es para poner uno.