Por primera vez en su historia, la NASA podría verse obligada a demorar o incluso cancelar misiones espaciales por falta de fondos dentro del programa para la exploración de Marte.

Photo: NASA
La “culpa” es del Mars Science Laboratory (MSL), un explorador róbotico que la agencia americana ha diseñado para investigar el planeta Marte y que podría necesitar aún más dinero del previsto para su lanzamiento final, en 2011. El control del brazo robótico del explorador, la necesidad de utilizar baterías más grandes para alimentar sus instrumentos de abordo, son sólo algunos de los gastos adicionales que han causado el desbordamiento en el presupuesto de la misión. Sin embargo, lo más preocupante para los responsables de la NASA es que incluso futuras misiones dedicadas al estudio de la Luna y de otros planetas del Sistema Solar podrían retrasar su lanzamiento.
La última estimación del coste del MSL rondaba los 2.286 millones de dólares, un 40% más de los 1.630 millones iniciales valorados en 2006. Pero tal vez esta suma no sea suficiente, pues un reciente informe de la NASA ha revelado al Congreso de los Estados Unidos que podrían ser necesarios entre 15 y 115 millones de dolares más de los casi 2.300 millones.
Ahora bien, si los costes complementarios rondaran los 15 millones de dólares, se cree que el recorte de dinero podría afectar sólo las misiones a Marte previstas para 2016, 2018 y 2020. Pero en caso de que el gasto llegue a los 115 millones, lo más probable es que se produzca un efecto dominó sobre otros programas espaciales. El lanzamiento del Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer, un pequeño vehículo orbital que será lanzado en 2012, y del International Lunar Network, un sistema robótico encargado de investigar la posibilidad de implantar futuras estaciones lunares, podrían aplazarse y, consecuentemente, demorar los trabajos del New Frontiers, un programa de 870 millones de dólares dedicado al estudio de diversos cuerpos del Sistema Solar.
Aunque hasta 2010 no se conocerá la magnitud de los daños causados por estos cambios, según el jefe científico de la NASA – Ed Weiler – seguramente la agencia americana no podrá permitirse lanzar en 2020 la misión prevista para el estudio de la luna de Júpiter, Europa, uno de los lugares de nuestro sistema planetario con más probabilidad de hallar agua líquida.

Photo: ESA/NASA
Afortunadamente, la ESA ha decidido ir en ayuda de la NASA. Tras un acuerdo bilateral, las dos agencias espaciales construirán conjuntamente otro robot que la misma Agencia Europea del Espacio ya tenía planeada para mapear la presencia de metano en la atmósfera de Marte. Curiosamente, un trabajo aparecido en la revista Nature de la semana pasada ha mostrado que allí la presencia de penachos de metano no puede ser explicada a través de modelos convencionales de circulación atmosférica, ya que se dispersaría de manera uniforme en el ambiente marciano. La solución a este enigma podría venir de microbios subterráneos o de procesos hydrotermales debidos a cierta actividad de origen volcánica, ambas capaces de producir dicho gas.
Además, los datos recogidos por este vehículo robótico también abrirían camino al aterrizaje de dos sondas, ExoMars de la ESA y otro explorador todavía en fase de desarrollo de la NASA, previstas para 2018.
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