Bailando con Yuri Gagarin


Tan solo quedan 5 días al cierre del concurso «Tú como Gagarin» y para ayudar la inspiración de aquellos que todavía no han enviado su frase, voy a proponer unos versos que el poeta estadounidense William Carlos Williams (183-1863) compuso dos días después del primer viaje al espacio de un ser humano, Yuri Gagarin.

El poema, contenido en la obra Pictures from Brueghel (Cuadros de Brueghel) pone de manifiesto la relación entre literatura y ciencia o, mejor dicho, entre literatura y tecnología.

Tacón y punta hasta el fin

Gagarin declara, en éxtasis,
que pudo haber
continuado para siempre

flotó
comió y cantó
y mientras emergía de aquellos

ciento ocho minutos fuera de
la superficie de
la Tierra estaba sonriendo

Entonces volvió
a ocupar su lugar
entre el resto de nosotros

de toda aquella división y
sustracción una medida
punta contra tacón

tacón y punta sintió
como si hubiera
estado bailando

El poema hace evidente su vínculo con el lenguaje periodístico. Tal como apuntan ciertas notas de Florence Herman, la esposa del poeta, se ve que Williams «después de leer el New York Times subió corriendo las escaleras y escribió «Tacón y punta hasta el fin» («Heel and Toe to the End»)». La edición del periódico a la que se refiere Herman corresponde a la del 14 de abril de 1961 y en la que aparecen frases que pasarían casi textualmente al poema; en primer lugar, las declaraciones de Gagarin: «Pude haber continuado allí para siempre» y el subtítulo que se leía debajo: «Gagarin, en éxtasis, dice que flotó, comió y cantó«.

Entre el lenguaje «poético» y «prosa» periodística, aedmás, se colocan las reflexiones del poeta, que apuntan a la posibilidad de la aparición, por intermedio de la caminata espacial, de cierta «medida» que resulta, por una parte, arcaica (tanto como puede serlo el acto de medir usando los pies), por otra, lúdica, o incluso infantil, y finalmente estética (el baile, en el que punta y tacón golpean alternativamente el suelo). Williams parece celebrar tres aspectos de la caminata espacial, ninguno de los cuales parece tener relación alguna con la tecnología moderna.

En definitiva, la lectura de «Tacón y punta…» parece apuntar al predominio de la ironía en la perspectiva de Williams sobre un hecho que era ya indiscutiblemente histórico en el momento mismo de acontecer: el mayor avance científico contemporáneo se resolvería, según este punto de vista, en una danza más o menos banal.

¿Y tú, ya has enviado tu frase irónica para el concurso «Tú como Gagarin»? Si no lo has hecho, davía estas a tiempo de ganar una suscripción anual a la revista Investigación y Ciencia. Identifícate durante unos instantes con el primer hombre en experimentar «gravedad cero» y envíanos una frase histórica o divertida que hubieras pronunciado si hubieses estado en el lugar de Yuri Gagarin.

La frase no podrá exceder los 75 caracteres (incluyendo espacios) y deberá llegar a nuestra redacción antes de la medianoche del jueves 31 de marzo de 2011 a la dirección de correo electrónico: gagarin@gravedad-cero.org o se dejarán en la cuenta de Twitter @GravedadCero.

El concurso «Tú, como Gagarin» cuenta con el apoyo de la Asociación Catalana para la Comunicación Científica (ACCC), de la empresa KdV Consultor Cultural, de Talència (institución para el fomento de la investigación catalana) y de la asociación Barcelona Aeronáutica y del Espacio (BAIE).

Este post participa en la XVIIª edición del Carnaval de la Física que este mes de marzo será albergado por el blog Vega 0.0

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